Es increíble la cantidad de perros que se portan muy mal durante la consulta veterinaria (y además de portarse mal, la pasan MUY mal), y esto en gran parte es culpa de los propietarios y una falta de educación que hoy debemos cambiar.
A manipular a nuestro perro, no nos referimos a una connotación negativa, si no que debemos enseñarle al perro a que nos permita tocar y mover ciertas partes de su cuerpo sin estresarlo o que lo encuentre incómodo.
Enseñarle estas cosas desde cachorro, con refuerzo positivo, muchos premios y paciencia, sin que generen estrés es una gran herramienta para nosotros los veterinarios (¡y también para sus perros!).
Si bien les puede tomar tiempo entrenar a sus perros para que se dejen manipular y tocar, a la larga en su vida les servirá muchísimo.
Cosas que le pueden enseñar y su utilidad para el veterinario:
– Dar la pata y que deje que toquemos y movamos su pata (tocar entre los cojinetes, tocar las uñas, estirar y flectar la pata): nos ayuda a cortarle las uñas de manera más fácil, poner vías venosas si requieren de hospitalización, examinar con cautela las extremidades sin que el perro tenga que estresarse más de lo debido, tomar muestras de sangre sin tener que luchar contra ellos.
– Levantar el labio y mostrar los dientes: básicamente que el perro deje que le levantemos el labio y abrir la boca. Éste es un gesto bastante incómodo para nuestros perros, pero resultan de vital importancia para los veterinarios. Las mucosas orales nos dicen mucho de su estado de salud, y algunos perros se tornan agresivos al momento de tocarles la boca.
– Postura de bozal: si bien queremos evitar la utilización de bozal en general y que nuestro perro se porte bien de manera natural. Enseñarle a tener un bozal puesto y que éste no le genere estrés resulta una herramienta magnífica de colaboración con el veterinario. El perro debe ver el bozal como un elemento entretenido y no opresivo.
– Enseñarle distintas posiciones a nuestros perros: acostarse, acostarse de lado, sentarse son posiciones importantes que nos ayudarán a examinar al perro de mejor manera sin tener que obligarlo a hacerlo. Una vez que aprenda estas posiciones, debemos enseñarles a que se queden quietos y se dejen tocar y mover estando así (un poco más difícil de lograr, ¡pero con paciencia todo se puede!).
Estos simples ejercicios permitirán que la examinación veterinaria sea mucho más fácil. Permite que el perro no se estrese más de lo necesario cuando realmente debemos hacer movimientos por su salud.
Lograr una ida al veterinario sin presentar estrés es posible, y esto nos ayudará a mejorar la calidad de vida de la mascota (como también no pasar vergüenzas por el comportamiento de nuestros perros jajaja).
¡Vamos a educar!
Tomado del artículo de la Dra. Camila Abumohor R. Médico Veterinario.
Comentarios recientes